Las grasas por sí mismas no son malas, de hecho no podríamos vivir sin ellas. En nuestro cuerpo protegen ciertos órganos, forman parte de distintas hormonas, ¡incluso de la membrana de las células!
¿Pensando en el verano...?
En un vaso de agua con zumo de limón no se encuentra una panacea, tenemos agua, fructosa, vitaminas, minerales, fibra si es que hemos echado la pulpa, ácidos orgánicos como el ácido cítrico y antioxidantes.
Y ¿todo eso se va a los michelines? Primero tiene que pasar por nuestro aparato digestivo para después pasar a la sangre y de ahí al michelín. Bueno, al michelín y a todo el cuerpo porque cuando algo pasa a la sangre no se va a ir a un punto específico del cuerpo porque tú quieras, se va a repartir por todo el organismo.
Tampoco sirve de nada que sea un líquido ácido ya que después de pasar por nuestro estómago y nuestro intestino dejará de serlo. Y aunque lo fuera, no puede cambiar el pH de la sangre ya que ésta se mantiene siempre dentro de un rango que hace que no se vuelva ácida ni alcalina.
Únicamente tenemos que tener en cuenta la acidez precisamente para evitar beber zumo de limón si padecemos gastritis o úlceras.
¿Y qué hacemos con los michelines entonces? Veréis, la grasa se distribuye por todo el organismo y en el caso de la grasa blanca, que es el tipo de grasa que se almacena en los michelines, se almacena en forma de triglicéridos en unas células específicas llamadas adipocitos.
Estos adipocitos pueden almacenar más grasa de la que ya tienen o liberar parte de ella a través de distintos mecanismos en nuestro cuerpo, como las hormonas, pero de forma consciente la única forma que tenemos de deshacernos del michelín es haciendo ejercicio y comiendo de forma saludable.
Pero ojo, las grasas por sí mismas no son malas, de hecho no podríamos vivir sin ellas. En nuestro cuerpo protegen ciertos órganos, forman parte de distintas hormonas, ¡incluso de la membrana de las células! Por eso no hay que simplemente dejar de comer todos los alimentos grasos, hay que adaptar hábitos alimentarios saludables y eliminar las grasas de alimentos ultraprocesados o embutidos, además de los azúcares ¡ojo! Ya que parte de estos si no se utilizan para conseguir energía se van a almacenar en forma de triglicéridos.
Tenemos que adoptar hábitos alimentarios saludables para prevenir problemas de salud como enfermedades cardiovasculares y diabetes.